lunes, 13 de junio de 2011

Resumen histórico.

    La vida de Larra abarca un período de transición crucial en la historia de España. Él mismo identificó esta transición como el paso de una España tradicional hacia la formación de una sociedad moderna, basada en instituciones liberales y progreso económico, meta con la cual se comprometió tanto en su vida como en su obra. La vida y obra de Larra sólo puede hallarse en el contexto del proceso revolucionario liberal español. La organización económica, social y política tradicional española experimentaba un intenso proceso de transformación en una sociedad moderna. A lo largo de la década de los treinta, existía una coincidencia general de opinión en cuanto a la necesidad de realizar cierto tipo de cambios, pero la tarea de diseñar un sistema político nacional y una política gubernamental que pudiera satisfacer a los grupos divergentes revestía una abrumadora dificultad. Este tránsito político desde el Antiguo Régimen al moderno constitucionalismo implicaba en la sociedad española la sustitución de unos valores tradicionales, ya caducos, por los ideales de progreso y libertad. Las nuevas fuerzas socio-económicas luchaban por participar en el poder político. En cuanto a la base de la ideología revolucionaria, los liberales españoles no tenían otra alternativa que adoptar la desarrollada por la burguesía más madura de otras naciones. Tal como lo señaló Larra, estos fundamentos resultaban ajenos e inaceptables para la gran mayoría de los españoles y, en diversos aspectos eran inapropiados para la realidad española, de modo que llevaban a la confusión y al desaliento. La debilidad económica y militar hizo que la nueva burguesía fuese débil a las guerras de fines del siglo XVIII y a la presión que ejercían en el mercado los países más competitivos. En consecuencia, a principios del siglo XIX, los elementos de aquello que podría haberse convertido en una burguesía propiamente dicha eran aún demasiado débiles numérica y económicamente. Nuestro autor fue testigo del primer impulso de la revolución burguesa liberal y se sintió comprometido. Esta burguesía luchaba por llevar a cabo sus objetivos, pero chocaba con una economía atrasada, sin una base social adecuada. Para comprender la relación entre la producción de Larra y la revolución social de su época, se deben tener en cuenta estas anomalías de la situación española. Como escritor y ciudadano se sentía comprometido en construir una nueva sociedad. El pobrecito hablador, periódico en el que se publica este artículo, es el vehículo que inventa como portavoz para sus observaciones. A través de sus comentarios sobre fenómenos puramente sociales, en este caso la descripción de las tensiones e incomprensiones mutuas de una pareja inmadura y sin dinero, comunica una visión del atraso y la ignorancia de la sociedad española

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